martes, 6 de agosto de 2013

Espejito, espejito...


           Existen muchas formas de aprender y una de ellas es a través de las neuronas espejo. Gracias a ellas podemos incorporar información del mundo que nos rodea a nuestro sistema de procesamiento.

En 1996 Giacomo Rizzolatti descubrió en la corteza parietal la existencia de un grupo de neuronas que
se activaban no solo al realizar una acción, sino también cuando se observaba esa misma acción en otra persona.


                                              
¿Por qué son importantes estas neuronas?

De niños nacemos dependientes por naturaleza, sin la capacidad de nutrirnos y regularnos emocionalmente por nosotros mismos, y son nuestros cuidadores o padres los que, mediante su propia regulación emocional nos enseñan a hacerlo, y a esto contribuyen en gran manera las neuronas espejo que hay en nuestro cerebro.

Gracias a este sistema podemos sentir en nuestra propia piel lo que le pasa a los demás, es decir, sentir empatía, comprender al otro, y así inferir sus propósitos, intenciones, sentimientos...

Un ejemplo:

hagamos un viaje en el tiempo, y volvamos a cuando teníamos un añito o dos... estábamos jugando en el parque y debido a nuestra natural torpeza nos hacemos una pupa muy grande en la rodilla, ante lo cual miramos la pupa, miramos a mamá y podemos descubrir que:

1.- mamá al ver la sangre desencaja la mandíbula y con cara de extrema preocupación se dirige hacia nosotros corriendo con los brazos abiertos y gritando ¡Ay Dios, te dije que andes con cuidado, si es que pareces tonta! Ante lo cual volvemos a ver la pupa y empezamos a llorar y gritar inconsolablemente.

2.- mamá al ver la sangre coge una gasa del (¡cómo no!) bolso que lo tiene todo, y se acerca a nuestra pupa apresuradamente y exclama ¡Pobrecita, vaya pupa, ¿te duele verdad? ven aquí que la vamos a curar y esperamos a que deje de doler! Ante lo cual miramos a la pupa, lloramos y gritamos sabiendo que mamá está ahí sabiendo qué hacer con ese dolor tan grande.

Nuestras neuronas espejo están incorporando al sistema la manera de reaccionar ante el dolor observando la expresión facial, el tono de voz y la reacción de mamá. 








¿También bostezáis cuando el que está sentado a vuestro lado lo hace? Neuronas espejo.
¿Habéis visto cuando hay varios bebés juntos, uno empieza a llorar y los otros le siguen el llanto? Neuronas espejo.
¿Por qué nuestra madre sabía que habíamos liado una buena? Neuronas espejo.

En fin, espejito espejito...

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