jueves, 13 de junio de 2013

Inicios


         Para empezar me gustaría dar la bienvenida al lector que, por cauto o por incauto, ha llegado hasta aquí, y que, por tanto, merece en cualquier caso una mínima presentación: me llamo Joana Álvarez, soy licenciada en Psicología por la Universidad Autónoma de Madrid, y actualmente me dedico a la práctica de la psicoterapia.

Hace años (muchos me parecen) comentaba con una amiga del colegio que sentía que había algo dentro de mí que podía ofrecer a los demás. Con el paso del tiempo, me di cuenta de que, quizás, la carrera de Psicología podía ayudarme a dar sentido a aquello. Y comencé lo que ahora puedo describir como una aventura. 

Madrid me ofreció más que una Universidad. Me dio un espacio donde encontraría lo que yo quería ofrecerme a mí misma: amplitud, crecimiento, metas, y conocimientos.

Mi experiencia comenzó con la formación en Sexualidad y Terapia de pareja. Gracias a los integrantes de aquella etapa descubrí lo importante de encontrarte con los demás, de cuestionar muchas de las cosas que con vergüenza llevas en tu cabeza, de romper con lo que no te ayuda y, sobre todo, de reírte de ti mismo.

Mi camino continuó en una asociación dedicada a la Atención a niños y jóvenes sordos.  Conocí a gente extraordinaria y aprendí que un minusválido nada tiene que ver con un discapacitado, diferenciando al que poco se valora a si mismo del que tiene la valía de suplir unas capacidades por otras.

En el empeño de saber más sobre las Relaciones de pareja descubrí que había algo que abarcaba eso y más. Aprendiendo sobre el Modelo Sistémico pude ver cómo todos estamos inmersos en un mar de relaciones -algunas veces más agitado que otras-, del cual nos nutrimos y al cual necesitamos. En la sinfonía de nuestra vida todos los instrumentos que vamos incorporando son importantes y, solo con cambiar el tono de uno de ellos, podemos modificar todo el resultado.

El Psicodrama fue mi siguiente gran descubrimiento. ¿Quién se podía imaginar que el cuerpo tiene memoria? ¡Yo hasta ese momento no! De la mano de los precursores del Psicodrama en España aprendí cómo trabajando con el cuerpo se puede llegar a despertar lo más dormido que hay en nosotros.

Como por arte de magia (o eso me pareció a mi) fui a caer en una asociación, dedicada a la Violencia de género, a la cual debo mucho quién soy como persona y como profesional. Allí me di de bruces con el dolor de vidas destrozadas, con el sufrimiento de personas que habían dejado de ser ellas mismas para convertirse en esclavas de alguien que creían superior. Con ellas aprendí el respeto absoluto a las decisiones ajenas, a buscarle el sentido a lo incomprensible, a querer incluso a quien quiere alejarte, y, sobre todo, a la capacidad humana de levantarse y recomponerse.

Hablando de magia... una mujer muy mágica me hablo de eso del Eye Movement Desensitization and Reprocesing... ¡Puf! ¡Vaya cuento! Pero como todos los cuentos buenos... acabas enganchándote. Conocí las Técnicas de Integración Cerebral, la Integración del Ciclo Vital y la madre de todas... el EMDR. Los trastornos derivados de traumas simples o complejos -así como por apegos disfuncionales -cobraron vida de una manera más clara.

Conclusión: al empezar la carrera me pareció ver un mundo finito de maneras de enfocar la profesión; y al terminarla... encontré el infinito. ¿Es posible no perderse en la inmensidad de nuevas perspectivas? ¡Esa sí que es una meta compleja!... Y mi gran reto. He entendido que, quizás, por ahí continúa la aventura, y que la psicología no es un campo cerrado de conceptos científicos que aprender, dominar y aplicar sobre los pacientes, sino que es una constante y enriquecedora búsqueda de nosotros mismos. Y esto, lejos de desanimarme, me apasiona.

Por eso quiero iniciar este blog: para ofrecer mi perspectiva y aunar todo el conocimiento que voy encontrando en mi camino. En mi práctica profesional echo de menos tener tiempo para ampliar algunas informaciones o datos importantes que ayudarían a hacerse una idea más clara de lo que sucede en nuestra mente y nuestro cuerpo. Así que, abro esta puerta con el objetivo de ofrecer a los que se crucen conmigo en el camino de la vida algo que quieran guardar en su mochila y llevarse como amuleto para cuando les haga falta.

¡Sin más! ¡Nos encontramos en el siguiente post!





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